El comportamiento de la adicción o de la conducta compulsiva nos aleja de la experiencia directa que sucede en el momento.
Cuanto más alejados estamos de lo que sucede en el cuerpo, más atrapados estamos en el círculo vicioso de la adicción.
La atención plena nos enseña a tomar conciencia del cuerpo, a sentir el tono en el cuerpo, la respiración y a estar con nuestra experiencia directa.
Cuando aprendemos a regresar al cuerpo, a sostener el mal estar físico y/o mental, es cuando comenzamos a liberarnos del círculo vicioso de la adicción. Es cuando rompemos nuestro círculo adictivo.